Y todo por un dolor de cabeza

13.07.2020
Cráneo neolítico con muestras de trepanación. Cova de la pastora (Alcoi, Valencia). Fuente: Museu de Prehistòria de València
Cráneo neolítico con muestras de trepanación. Cova de la pastora (Alcoi, Valencia). Fuente: Museu de Prehistòria de València

Trépano; del latín trepanum y, a su vez, del griego trýpanon, que habla del instrumento que se usaba para perforar el cráneo, es decir un taladro.

La trepanación no es un proceso médico desconocido, a grandes rasgos, para la población actual. Tampoco lo fue durante la Prehistoria,ya que es un proceso médico registrado ya en el Neolítico, si bien es cierto que podría considerarse algo más ritualístico que médico puesto que en algunos cráneos asociados no se han determinado patologías craneales como pueda ser con enfermedades como úlceras o sífilis.

¿Qué hace de la trepanación un proceso tan efectivo, aparentemente, para que incluso hoy en día se siga practicando? La arqueología nos dice que aquellos que se sometían a este tratamiento sobrevivían largo tiempo después de ello. Y el hecho de que se encuentre en repetidas ocasiones confirma la eficacia de este proceso que extirpa un fragmento de cráneo, a veces incluso en varias ocasiones a lo largo de la vida del individuo.

Aunque pueda parecer que es una práctica lejana, que son las poblaciones mesoamericanas o al otro lado del Mediterráneo, en la Península Ibérica también se han encontrado cráneos que presentan marcas de trepanaciones, como es el caso de Cova de la Pastora (Alcoi), o la necrópolis de San Antón (Orihuela). En la autonomía catalana también se han encontrado restos, junto con Andalucía y Soria. Por lo tanto, se confirma el hecho de que fuera una práctica generalizada en el tiempo y en el espacio, puesto que las dataciones abarcar desde el neolítico hasta el siglo XIX, documentadas en yacimientos.

Hasta el momento, la arqueología ha podido determinar tres (3) tipos distintos de trepanaciones, según el material que se emplee y, como consecuencia, el tipo de marca que van a dejar al acabar la operación.

En algunos casos particulares se han encontrado restos que muestran una extracción geométrica, asociada a incisiones poligonales. Aunque no son frecuentes, este tipo de incisión podría estar más relacionado con un proceso ritual o mágico por la forma precisa de la ejecución.

Los motivos por los que se realizan este tipo de intervenciones, ahora mismo, son prácticamente los mismos por los que se realizaba otrora. Según la neurología, la mayoría de las intervenciones están relacionadas con razones patológicas, por medio de instrumental pétreo primero, metálico después aunque se pierde la pista por el aumento de cremaciones. Aunque se presta menos al estudio, sí que se han podido encontrar evidencias de procesos mágicos bien para expulsar espíritus malignos o como proceso ritual para pertenecer a algún clan. Después de analizar los cráneos, especialistas como el Dr. Osvaldo López-Ferro ha determinado que la mayoría de procesos rituales se llevan a cabo en el hueso occipital, mientras que las operaciones en caso de traumatismo se hacían en el parietal izquierdo.

Las patologías asociadas a estos procesos suelen ser dolores de cabeza, que quedaban aliviadas por la liberación de presión en la cavidad craneal. Sin embargo, se han podido documentar otros procesos como lesiones traumáticas (que producían dolor), tumores craneales e incluso osteoperiostitis. La mayoría de los cráneos que se han encontrado, tienen un estado de curación avanzado o incluso completo. Para diferenciar este tipo de intervenciones, hace falta analizar el estado de la perforación:

Si el individuo estaba muerto o murió durante la intervención, los bordes están afilados, mostrando una clara diferencia con el resto del cráneo llegando incluso a presentar esquirlas o desconchados. Si, por el contrario, el individuo sobrevivió al proceso, los bordes están redondeados y se produce una recuperación de la región ósea, cerrando la perforación. A pesar de todo, existen procesos que podrían dar lugar a confusión, como enfermedades o procesos traumáticos que dejan una marca similar a las trepanaciones parcialmente curadas, como es el caso de una depresión en el punto de unión del hueso frontal con los parietales (bregma).

Hay que destacar, además, que la mayoría de los cráneos que se encuentran con trepanaciones realizadas son masculinos, mientras que los femeninos representan entre el 10-20% de las intervenciones. Uno de los casos peninsulares es la intervención a una mujer de entre 45 y 50 años,que sobrevivió al proceso en el siglo XIII, en Gormaz, Soria. Puesto que no hay patologías visibles, se podría asociar con algún tipo de cefalea o enfermedad neuronal, como epilepsia. Uno de los ejemplos más conocidos en la Península es la intervención al monarca castellano Enrique I (1204-1217), quien murió a los 13 años. Las causas de la muerte están relacionadas con un traumatismo fruto de un golpe que produjo la aparición de un coágulo en el cerebro, que se intentó eliminar con esta intervención y no tuvo éxito.