Un nuevo enigma neandertal resuelto

Los científicos siempre han tratado de entender por qué nuestra especie sobrevivió mientras que los neandertales desaparecieron para siempre hace unos 39.000 años. Una de las teorías que se sostiene está directamente relacionada con su modo de vida, en la cual se ha puesto en entredicho su capacidad cognitiva como elemento principal. Sin embargo, cada vez más investigaciones sugieren que los neandertales son mucho más parecidos a nosotros de lo que habíamos creído hasta ahora.

Una nueva investigación, llevada cabo por un equipo de científicos franceses, ha desvelado un enigma milenario de esta especie, retomando para ello la investigación realizada en la década de los setenta en La Ferrassie, donde se planteó si los neandertales ya tenían un sentido de la transcendencia o de la vida después de la muerte, representado en ritos de enterramiento para honrar a sus difuntos, o si, por el contrario, fue una característica exclusiva del 'Homo sapiens. Esto fue planteada en base al hallazgo de un cadáver de un niño de dos años de hace 41.000 años, denominado por los expertos como 'La Ferrassie 8' ('LF8'), que sugería que había sido enterrado en el interior de una cueva.
Tras llevar a cabo un estudio pormenorizado del caso, con un enfoque multidisciplinar y utilizando las técnicas de análisis más modernas, llegaron a una conclusión: los investigadores de la década de los 70 tenían razón y 'LF8', aquel niño de solo dos años de edad de hace 41.000 años, fue enterrado en la cueva.
La investigación confirma que se cavó un agujero en el suelo de aquel refugio, donde el pequeño fue enterrado con la cabeza más alta que el resto del cuerpo y en una posición anatómica que confirma que hubo que horadar el terreno para colocar al menor.
Nuestros resultados muestran que 'LF8' se encontraba en el interior de una capa sedimentaria más antigua (y arqueológicamente estéril) que el resto del terreno. Así, nuestra conclusión es que los neandertales cavaron intencionalmente un pozo en sedimentos estériles en el que se colocó el niño 'LF8", según explican los autores en su estudio. "La ausencia de marcas de carnívoros, el bajo grado de alteración espacial, la fragmentación y la meteorización sugieren que fue rápidamente cubierto por sedimentos", es decir, enterrado.
Más de medio siglo después del descubrimiento de los restos de 'LF8' se pone fin a un mito: los neandertales sí que conocían el significado de enterrar a sus difuntos. Ahora queda por saber si se trataba de un ritual rutinario cuando fallecía uno de sus familiares o solo se realizaba en ocasiones especiales.
Próximas investigaciones tratarán de determinar este hecho, pero lo que es evidente es que el enterramiento no era un rito exclusivo de los 'Homo sapiens'.
Fuente: El Confidencial