Los mineros austríacos se llevaban la comida al trabajo desde casa

15.04.2021

Todo empezó con la campaña de excavación de entre el 2010 y 2014 en una mina de cobre de la Edad del Bronce Final situada en Prigglitz-Gasteil la franja más oriental de los Alpes. En ese lugar, se extrajo mineral de cobre durante los siglos 11 a 9 a.C. (Cultura tardía del campo de urnas) aunque la tradición minera de la zona se remonta a periodos como el Neolítico tardío. La fundición de cobre y producción del bronce, eran altamente especializados a tiempo completo y esto solamente habría sido posible dentro de una comunidad que les proporcionase las necesidades diarias, como por ejemplo los alimentos.

Los investigadores encontraron multitud de restos de alimento en los alrededores de la mina y su objetivo era analizar el espectro de plantas alimenticias del asentamiento, analizar la relación entre productor y consumidor comparándolo con los restos de otros asentamientos y finalmente, reconstruir la dieta de los mineros de la zona.

Lo interesante del yacimiento y de los restos es que se encontraron multitud de alimentos procesados, (granos listos ya para cocinar, etc.) lo que sugiere que los mineros se llevaban la comida para poder alimentarse, lista ya desde casa o incluso de comunidades cercanas a la mina. Además, estos restos de productos de cereal carbonizados que se han encontrado en este yacimiento concuerdan con otros de la zona, lo que nos estaría hablando de una posible tendencia: los mineros de la zona se llevaban la comida preparada desde casa o incluso encargaban la comida en áreas cercanas.

Según los últimos análisis, se trata de alimentos ya cocinados, incluidos cereales refinados y granos molidos. Para obtener esos productos finales, es indispensable separar los granos y quitarles la cascara para luego poder cocinarlos. Sin embargo, no se ha encontrado ningún indicio de que se estuvieran llevando a cabo esas tareas en la propia mina, ni hay cosechas cercanas de cereal. Por eso se llegó a la conclusión de que esos productos se traían desde casa o zonas cercanas.

Y es que parece lógico pensar que ya entonces los trabajadores de la mina encontrarían engorroso y muy complicado tener que habilitar una zona para el procesamiento del cereal y su posterior cocinado, aparte de que les llevaría demasiado tiempo de trabajo. Es lógico llegar a la conclusión de que la mejor opción es llevarse la comida lista, tal y como hacemos hoy en día. 

Restos carbonizados de alimentos de base vegetal y semillas. Fuente: Plos One

Escrito por: Oihane Morgado