La suerte de encontrar caca: el estudio de los coprolitos

02.02.2021

La palabra coprolito proviene del griego kopros (excremento) y lithos (piedra). Es decir, nos encontramos ante las heces fosilizadas de organismos del pasado. Los primeros descubiertos eran de dinosaurio y se estudiaron en 1829. El estudio de los coprolitos es relativamente novedoso. Sin embargo, su estudio ha ido cambiando con el tiempo. Al comienzo estos estudios se centraban en recuperar de ellos pequeños fragmentos óseos y macrofósiles de plantas. Más adelante, se pasaron a tener en cuenta otros restos como polen, fitolitos, pelos, plumas, endoparásitos, almidón, etc. Más recientemente, los avances en biología molecular han permitido los análisis a través de los coprolitos de esteroides, el tipo sanguíneo, ADN y microbios presentes en las heces. Estos avances han abierto un nuevo horizonte a la hora de realizar estos estudios y han permitido obtener de los coprolitos información de gran importancia.

Coprolito hallado en Çatalhöyük
Coprolito hallado en Çatalhöyük

En un principio, los coprolitos se veían como elementos que se encontraban en los yacimientos pero con poco valor para la investigación, poco antihigiénicos, así como poco interesantes a la hora de ser elementos para poder mostrar en los museos. La Edad Dorada del estudio de los coprolitos llegó en los 60 y duró hasta los 90. Para algunos autores, el declive en los estudios de este campo, vino con el postprocesualismo, que enfatizaba la subjetividad de las interpretaciones arqueológicas.

No obstante, a pesar del descenso a partir de los 90 de los estudios en este campo, los coprolitos siguen siendo uno de los elementos que más información nos puede proporcionar sobre nuestros antepasados. 

¿Qué información sobre la vida de nuestros antepasados podemos extraer de los coprolitos? La información más directa que obtenemos de los coprolitos es, sin duda, la relacionada con la dieta de los organismos que generaron estas haces. Esta es una información muy valiosa para reconstruir la paleodieta de sociedades del pasado, lo que nos ayuda a comprender también su estilo de vida.

Del mismo modo, mediante los diferentes elementos que se encuentran en los coprolitos se puede llegar a obtener información sobre el medio en el que vivían los organismos que los produjeron así como sobre la relación que estos establecían con su entorno. Esto se puede realizar mediante la palinología, la paleoclimatología y la paleoecología.

Los coprolitos se pueden datar mediante radiocarbono, lo que nos permite saber en qué momento se generaron y, por tanto, establecer la relación de los elementos que encontramos en ellos con una época determinado. De este modo, toda la información que obtengamos de ellos relativa a la dieta, enfermedades, o el entorno; la podemos poner en relación con su época concreta.

Otra de las relaciones que se establece con el estudio de los coprolitos es la de estos con el estudio de la paleopatología. Los coprolitos pueden revelar los organismos que pudieron causar la enfermedad o el periodo de estrés que se ve reflejado en los huesos. Se puede establecer qué tipo de parásitos se encontraban en las heces. De esta manera, se pueden establecer qué parásitos estaban presentes en las heces de las sociedades del pasado y qué enfermedades pudieron causarles. Por tanto, es una de las principales fuentes de información que poseemos en temas relacionados con la salud de las poblaciones del pasado. Asimismo, permite el estudio de los parásitos, por tanto, la evolución de los mismos, y la ecología y evolución del microbioma.

No obstante, la fuente de un coprolito puede resultar difícil de determinar, en especial, si se trata de heces que suelen aparecer en los mismos lugares. Este es el caso de las heces de perros y las humanas que, además, tienen composiciones similares. Para poder solucionar este problema, el instituto Max Planck ha desarrollado "coproID", que combina análisis de ADN del huésped con un software de aprendizaje automático entrenado en los microbiomas de las heces modernas y permite la distinción de los huéspedes de las heces.

En conclusión, el estudio de los coprolitos es un campo que, aunque poco llamativo por la misma naturaleza del mismo, puede proporcionar información muy relevante sobre las sociedades del pasado. Asimismo, queda mucho por hacer dentro de este campo que requiere de la colaboración de diferentes disciplinas para sacar el máximo provecho de los diferentes componentes que se pueden encontrar dentro de los coprolitos.

Más info relativa al uso de los coprolitos en un yacimiento concreto: https://link.springer.com/article/10.1007/s12520-020-01160-9   

Escrito por: Aurora Asín