Ídolos oculados: la mirada lejana
Hace un par de semanas saltó a los titulares de varios periódicos la noticia de que la Policía Nacional había recuperado un ídolo oculado de la Edad del Cobre procedente del expolio. Una pieza singular, con pocos precedentes y sin ningún paralelo exacto.
La talla, realizada sobre piedra, se ha encontrado con serios desperfectos en su parte inferior debido a que le practicaron una oquedad para poder apoyarlo sobre una peana. Por suerte, en la actualidad se encuentra depositado en el Museo Arqueológico de Granada donde será peritado, conservado e investigado.
Los ídolos oculados son denominados de este modo debido a que son precisamente los ojos y el conjunto facial los que forman el principal rasgo simbólico de la representación. En la península Ibérica aparecen en contextos neolíticos, expandiéndose rápidamente durante el Calcolítico a lo largo y ancho de toda su geografía.
Esta nueva forma de representación surge en Oriente Próximo y se propaga por toda Europa, aunque es en España donde alcanza una mayor repercusión y éxito, en vista de la cantidad de hallazgos acaecidos hasta el momento. En la actualidad, aún se discute sobre los posibles focos de difusión de estos ídolos en nuestro territorio. Dos hipótesis principales, sustentadas en distintas dataciones radiocarbónicas, muchas de ellas del siglo pasado, son las que se barajan por el momento. Una primera, tendría su centro de origen en el sur peninsular, desde donde se expandiría por la costa mediterránea hacía el nordeste, y por la actual zona luso-extremeña al interior. La segunda teoría nos habla de un centro difusor en el nordeste, desde el cual se extendería hacia el sur, y a partir de ahí hacía el interior. Estamos convencidos de que en los años venideros, gracias a las nuevas investigaciones científicas, unidas a las cada vez más precisas técnicas de datación, seremos capaces de aportar nuevos datos sobre esta problemática.
Por otro lado, debemos hablar de la gran cantidad de materiales en los que podemos encontrar plasmados estos ídolos: huesos largos y falanges de animales, cerámica, diferentes soportes líticos (caliza, mármol y pizarra en su mayoría), en paredes de abrigos y cuevas, marfil, incluso en madera, como el aparecido en Cueva Sagrada (Lorca, Murcia).
La propia naturaleza simbólica de este tipo de manifestaciones ha suscitado entre la comunidad científica un aluvión de teorías interpretativas diferentes, que a día de hoy siguen abiertas a debate. La idea más extendida es, sin duda, la que propone que estas representaciones forman parte de algún tipo de culto a una diosa madre. No obstante, para otros/as autores/as esto puede ser válido solo en parte, ya que una cantidad respetable de los oculados reproducidos sobre placas de pizarra y hueso se han hallado en contextos funerarios, dotándolos de una intencionalidad que podría estar más ligada al mundo de ultratumba y a la pertenencia a un determinado clan que a una diosa madre.
Del mismo modo ocurre cuando encontramos estos ojos penetrantes pintados en abrigos y ámbitos cavernarios, en los cuales las referencias espaciales de los motivos plasmados resultan de vital importancia para inferir una correcta interpretación. De este modo, y según donde se encuentren plasmadas las pinturas, podríamos colegir diferentes conclusiones en las cuales convergen usos rituales, de demarcación territorial, de pertenencia a un sistema familiar, etcétera.
¿Quieres saber más sobre los ídolos oculados?
Te facilitamos el enlace a dos artículos:
- LOS ÍDOLOS OCULADOS DE HUELVA: Un hallazgo arqueológico excepcional para la prehistoria andaluza.
- Tipología de ídolos oculados en pintura rupestre esquemática en Andalucía.