El sapiens actual: el menos puro de los Homo.

29.06.2020

Desde la primera vez que un genetista fijó su atención en la genética humana y sus implicaciones en los estudios evolutivos hasta desentrañar el ADN de especies que no son actuales ha pasado casi un siglo. A lo largo de este tiempo, los estudios han llegado a determinar que el hombre actual tiene una mezcla genética procedente de la convivencia de Homo sapiens con otros grupos; con esto, se ha llegado a una configuración genotípica que varía según la región terrestre y que hablan de una mayor o menor influencia de Homo neanderthalensis y Homo denisoviensis.

Las investigaciones durante la última década, que han estado especialmente favorecidas por el proyecto Neanderthal Genoma, han desarrollado distintas líneas de trabajo entre las que destaca desentrañar tanto el genoma de Homo neanderthalensis como el de Homo denisoviensis. De igual forma, se han podido identificar rasgos genéticos actuales que son herencia directa de éstos, e incluso enfermedades que también podrían serlo. La etnia caucásica muestra un mayor porcentaje de ADN neandertal mientras que en Asia y Oceanía, la influencia denisovana muestra una mayor presencia.

Uno de los últimos avances en cuestiones de genética es la posibilidad de determinar el tipo de sangre, dentro del grupo AB0 así como el tipo de Rh. Según los estudios realizados por el equipo del Instituto de Biología Evolutiva (BArcelona), dentro del grupo AB0, el alelo 0 sería el más reciente de los tres mientras que el A sería el más antiguo. Tras analizar los individuos hallados en El Sidrón (Asturias) y en Cueva de Vindija (Croacia), se publicó el genoma completo neandertal, pudiendo llegar a conclusiones muy detalladas tanto de su aspecto físico como de otras cuestiones anatómicas. 
En uno de los cromosomas se ha podido encontrar la información relacionada con las proteínas que configuran el tipo de sangre. Se sabe que los individuos de El Sidrón presentaron ambos grupo sanguíneo 0, lo que abre la puerta a que sea una herencia genética dada en ese casi 3% de ADN que el ser humano actual puede llegar a compartir con Homo neanderthalensis. La presencia de este gen hizo a estas poblaciones resistentes a ciertas enfermedades, como la malaria. A pesar de ello, este análisis detallado del genoma neandertal también ha permitido descubrir genes relacionados con el autismo o la esquizofrenia lo que muestra que podrían haber presentado afecciones o neurodivergencias compartidas con la humanidad actual.

La sociedad se encuentra en un momento vital en el que el intercambio de ADN y de caracteres es cada vez más constante y habitual. Las barreras geográficas hace tiempo que dejaron de ser un problema y las étnicas cada vez lo son menos. A pesar de todo ello, en este mundo multicultural hay quienes aún hoy en día tratan de luchar contra la mezcla buscando una pureza que no podría estar más alejada de la realidad genética. 

El ser humano actual tiene un genotipo que difiere del Homo sapiens que salió de África hace más de 50.000 años gracias a la combinación con otras dos especies del género Homo. La variabilidad genética que presentan los distintos grupos étnicos a día de hoy responde a esa herencia, que se muestra con unos porcentajes mayores o menores en cada uno de los individuos.

¿Se puede, por tanto, hablar de una pureza "racial"? Lo que queda claro es que si miramos más allá de la apariencia externa, la respuesta no puede ser otra más que: No.