El sapiens actual: el menos puro de los Homo.

Desde la primera vez que un genetista fijó su atención en la genética humana y sus implicaciones en los estudios evolutivos hasta desentrañar el ADN de especies que no son actuales ha pasado casi un siglo. A lo largo de este tiempo, los estudios han llegado a determinar que el hombre actual tiene una mezcla genética procedente de la convivencia de Homo sapiens con otros grupos; con esto, se ha llegado a una configuración genotípica que varía según la región terrestre y que hablan de una mayor o menor influencia de Homo neanderthalensis y Homo denisoviensis.
Las investigaciones durante la última década, que han estado especialmente favorecidas por el proyecto Neanderthal Genoma, han desarrollado distintas líneas de trabajo entre las que destaca desentrañar tanto el genoma de Homo neanderthalensis como el de Homo denisoviensis. De igual forma, se han podido identificar rasgos genéticos actuales que son herencia directa de éstos, e incluso enfermedades que también podrían serlo. La etnia caucásica muestra un mayor porcentaje de ADN neandertal mientras que en Asia y Oceanía, la influencia denisovana muestra una mayor presencia.
La sociedad se encuentra en un momento vital en el que el intercambio de ADN y de caracteres es cada vez más constante y habitual. Las barreras geográficas hace tiempo que dejaron de ser un problema y las étnicas cada vez lo son menos. A pesar de todo ello, en este mundo multicultural hay quienes aún hoy en día tratan de luchar contra la mezcla buscando una pureza que no podría estar más alejada de la realidad genética.
¿Se puede, por tanto, hablar de una pureza "racial"? Lo que queda claro es que si miramos más allá de la apariencia externa, la respuesta no puede ser otra más que: No.
