El Hombre de Loizu

08.04.2021

Allá por el 2017 se encontraron en una cueva de Navarra llamada Errotalde I, cerca de la localidad de Erro, los restos esqueléticos del individuo al que llamarían "El Hombre de Loizu". Datan del 9.700 a.C. y se consideran los restos humanos más antiguos descubiertos en Navarra.

El descubrimiento, recuperación y análisis de los restos se pudieron llevar a cabo gracias a un equipo de 26 expertos entre los que se encontraban arqueólogos, antropólogos, expertos en geología, etc. dirigidos por el catedrático en Prehistoria de la Universidad de Cantabria, Pablo Arias y Jesús García Gazólaz, prehistoriador. Se trata de uno de los esqueletos prehistóricos mejor conservados y gracias a eso, se ha podido datar con éxito (mediante el análisis de uno de los dientes) y se ha podido saber que se trataba de un varón joven de entre 17 y 21 años.

El cuerpo fue colocado en posición supina intencionalmente. Muestra signos de manipulación relacionados con un posible rito funerario: el cuerpo fue amortajado, envuelto con algún tipo de tejido orgánico y cubierto con un sedimento rojizo (probablemente ocre). El cráneo presenta un gran orificio que podría estar relacionado con el impacto de un proyectil. Gracias al extraordinario estado de conservación, los huesos se encuentran en conexión anatómica, con los brazos cruzados sobre el vientre. Tal y como explica Pablo Arias "algunos huesos, como el axis, el húmero y el cúbito derechos y algunos huesos de los pies, se encontraban unidos al suelo por concreción". Por eso, el trabajo de extracción de los restos fue complejo al igual que el acceso al lugar en el que se encontraban los restos era de estrechas galerías por las que solo se podía pasar de uno a uno. Gracias al equipo de espeleólogos del grupo Sakon se pudo facilitar un poco ese acceso para los investigadores.

Este hallazgo nos proporciona una valiosísima información sobre el estilo de vida de los humanos del suroeste europeo a finales de la última glaciación, del paso del Pleistoceno al Holoceno. Un periodo muy particular por los abundantes cambios en el clima y sus respectivas transformaciones ecológicas. Además, no contamos con muchos restos arqueológicos bien conservados, ni en la Península Ibérica ni en el continente europeo, que sean de esta cronología. Según Arias, "el caso análogo más cercano geográfica y temporalmente es la tumba aziliense de la cueva de los Azules, en Asturias" que se trata de unos siglos después y que además no tiene las mismas características en cuando al rito. En el caso de la cueva de los Azules, el enterramiento se encontraba a la entrada del abrigo y en una fosa, El Hombre de Loizu posado en el suelo contra una gran piedra y en el interior de la cueva.

Todavía falta por realizarse un análisis osteológico profundo de los restos en el laboratorio. Con ellos se pretende esclarecer dudas como la edad exacta del individuo en el instante de su muerte, las posibles causas del fallecimiento, su complexión y altura así como un estudio de microdesgaste dental para saber el tipo de dieta que llevaba. También se analizará el contexto con pruebas como el examen arqueobotánico y geoquímico.

Todavía no se ha publicado el estudio de este yacimiento por lo que deberemos esperar hasta tenerlo antes de sacar conclusiones precipitadas con respecto al individuo y a su contexto.  

El Hombre de Loizu tal y como se encontró. Fuente: Web Pamplona Actual

Escrito por: Oihane Morgado