El cruce entre neandertales y sapiens era lo común
La hibridación entre humanos anatómicamente modernos y neandertales ha sido un tema en constante investigación desde que se descubrió que todos los humanos modernos actuales no africanos cuentan con un porcentaje de entre el 2 y el 4% de ADN neandertal. Con este nuevo estudio se ha descubierto que esta hibridación pudo darse antes de lo que se pensaba y se mantuvo durante un tiempo prolongado y constante.
En el estudio se analizan restos fósiles de 4 individuos (3 varones y un cráneo sin cara de mujer) que vivieron en lo que actualmente es República Checa y Bulgaria hace 45.000 años. Los restos masculinos se encontraron junto a punzones y collares en la cueva búlgara. De esos restos, se ha conseguido extraer suficiente ADN como para reconstruir su genoma completo. De este modo, se ha podido determinar que todos ellos tenían parientes neandertales y descendían de híbridos sapiens-neandertal. Incluso de alguno de los individuos provenientes de Bulgaria se ha determinado que tuvo un pariente neandertal hacía menos de 180 años. Estos datos sumados a los datos de los únicos dos individuos de la época de los que se había logrado obtener el genoma refuerzan la teoría de la hibridación continuada y prolongada en el tiempo entre sapiens y neandertales, ya que se pudo determinar que uno de los individuos era tataranieto de neandertal.

Por tanto, los investigadores llegan a la conclusión de que los cruces debieron ser más frecuentes de lo que se pensaba y que no se habría tratado de un hecho puntual, sino una práctica habitual entre individuos de estas especies. Las primeras evidencias de sexo entre especies se encontraron en un individuo neandertal con una importante fracción de ADN sapiens hallado en los montes Altai de Siberia.
Asimismo, algunos relacionan este hecho con la desaparición de los neandertales y sugieren que fueron absorbidos por grupos de nuestra especie, más numerosos. Sin embargo, para otros, habría que tratar con cautela los resultados obtenidos ya que se basan en análisis realizados a un número reducido de individuos. El genetista Lalueza-Fox comentaba en sus estudios que también era posible que los humanos modernos tolerasen a los híbridos mientras que a los neandertales no. O que los propios neandertales rechazasen sus hijos híbridos una vez nacidos. Puede que los grupos neandertales, al ser más pequeños, fueran más endogámicos, cerrados y aislados entre sí. Por otro lado los sapiens, más amplios y sociales y abiertos al contacto y colaboración con otros.
