El cráneo aislado del Calcolítico: tratamiento después de la muerte

01.04.2021

En 2015, se descubrió un cráneo aislado que data del Calcolítico temprano y que se encontraba en la parte superior de un pozo vertical en la cueva de yeso natural de Marcel Loubens (Norte de Italia). Una de las curiosidades del hallazgo es precisamente que no se encontró nada más a parte del cráneo, está totalmente descontextualizado. No obstante, existen otras cuevas y yacimientos próximos es los que sí que se encontraron más restos e indicios de uso funerario.

La recuperación del cráneo no fue nada fácil por la dificultad de acceso al lugar, con pasajes de la cueva en los que no podía acceder más de una persona a la vez. No fue hasta el 7 de junio del 2017 (prácticamente dos años después del descubrimiento) que lograron recuperarlo el equipo de espeleólogos del GSB-USB Bologna Espeleología Club.

Imagen (a) cueva de Marcel Loubens con imagen (b) del cráneo tal y como se encontró. Fuente: Journals


El cráneo presenta signos de algunas lesiones que parecen estar relacionadas con su manipulación perimortem y extracción de los tejidos blandos. Se llevó al Laboratorio de Antropología Física de la Universidad de Bolonia para los estudios antropológicos pertinentes y los resultados de las pruebas revelaron que los restos se trataban de una mujer de entre 24 y 35 años de edad. Las pruebas de radiocarbono dataron los restos entre 3630 y 3380 a.C.

Por los sedimentos acumulados dentro del cráneo, así como las incrustaciones y pigmentación que cubrían su superficie, sugieren que pudo caer dentro de la cueva arrastrado por el flujo de agua y barro, probablemente desde los bordes de una dolina. Provendría, por tanto, de otro contexto funerario en el que se practicaría el desmembramiento de cadáveres (en particular el desplazamiento de cráneos).

Además, estos restos se encuentran en bastante buen estado de conservación. Lo recubría una fina capa de un material negro que aunque en un primer momento se sospechó que podría ser algún pimento vegetal con fines rituales, posteriormente se demostró que no fue intencionado y consistía en óxidos de manganeso. Por algunas lesiones o marcas en el cráneo, los investigadores han sacado algunas conclusiones sobre el estado de salud del individuo: por una parte, la porosidad generalizada de la bóveda craneal podría estar relacionada con una respuesta inflamatoria ósea causada por una anemia crónica. 

En el Neolítico aumentaron significativamente este tipo de patologías (por los indicios que se han encontrado en otros contextos y yacimientos arqueológicos) por el resultado de una dieta basada en productos agrícolas o incluso una densidad poblacional mayor que provocaría peores condiciones higiénicas, parásitos y patógenos; El cráneo también presenta una especie de montículos de hueso, de aspecto duro, que se consideran tumores benignos. Además, presenta multitud de caries, también más comunes a partir del Neolítico y relacionadas con un mayor consumo de carbohidratos.

En cuanto a las lesiones observadas en la bóveda craneal, se pueden deber a una intervención humana intencional (próximas a la muerte del individuo) para eliminar los tejidos blandos. Esa suposición podría reforzarse por las lesiones que también presentan otras zonas del cráneo con características similares, las cuales sugieren el uso de útiles con filo y realización de cortes en el tejido que como consecuencia, han dejado marcas en los restos óseos. Ya se han observado lesiones bastante similares a estas en otras muestras prehistóricas en un contexto funerario, por lo que éste cráneo aislado se piensa que es otro de los ejemplos de los ritos propios del hombre prehistórico de estas regiones italianas durante el Calcolítico. 


     Cráneo de Marcel Loubens  reconstruido. Fuente: Journals

                                         Escrito por: Oihane Morgado