Nuevos descubrimientos de grabados paleolíticos en El Paraje de La Salud (Salamanca)
En este lugar se encontraron en 2013 diversas pinturas que se encuentran a ambos lados del río Tormes, a poca distancia de la ciudad de Salamanca. Son pinturas realizadas al aire libre y algunos grabados realizados mediante piqueteado y escisión. En 2018 se localizaron pinturas en un abrigo al margen izquierdo del río y se han podido analizar en un estudio reciente que ha dado lugar a diversos descubrimientos.
El estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Salamanca se centra en el panel descubierto en el abrigo. El análisis se ha llevado a cabo mediante la fotogrametría de objeto cercano basada en fotografías no ordenadas y herramientas de visión artificial, lo que ha permitido realizar modelos 3D que, posteriormente, han servido para llevar a cabo las interpretaciones gracias a la enorme precisión que presentan.

En el panel objeto de estudio, los investigadores han podido diferenciar tres figuras de équidos realizadas mediante las técnicas de piqueteado y grabado inciso. Dos de las figuras se encuentran mirando a la derecha y se juntan formando un caballo bicéfalo. El tercer motivo solo presenta una línea que podría ser la línea cérvico-dorsal de un posible caballo sin terminar que estaría mirando hacia la izquierda.

Estos grabados han sido datados mediante superposición de la estratigrafía en la roca y se ha estimado que serían anteriores a 18400±1600 BP. También se recurrió al suelo para poder tener una datación más precisa. Según los investigadores el suelo contemporáneo a los grabados habría desaparecido por la erosión, datado por un sondeo y estaría en algún lugar entre la fecha anterior y 19020 ± 80 BP. Por lo que el grabado sería anterior al episodio erosivo y se situaría en el Gravetiense-Solutrense. Estos datos coinciden con el estilo usado para la realización de las figuras.
En cuanto a la técnica utilizada destaca la animación por descomposición y la yuxtaposición segmentaria. Los investigadores sugieren tanto la contemporaneidad de la realización de las figuras como, incluso, la autoría compartida de las representaciones. También se sugiere la teoría de que estas representaciones podrían tener una función de marcador territorial.
Estos descubrimientos junto a otros de la zona permiten descartar la idea que se tenía de un vació poblacional de la meseta durante el Paleolítico Superior. Asimismo, demuestran el conocimiento que tenían las poblaciones que habitaban el lugar de su entorno y sugieren la existencia de redes de intercambio a media y larga distancia que permitieron una cierta homogeneidad cultural.