Los cambios genéticos en el sur peninsular durante la Edad del Bronce

25.11.2021

Un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Max Planck de Ciencias de la Historia Humana (Jena) y el Instituto de Antropología Evolutiva de Leipzig junto a la Universidad de Barcelona, el Instituto de Biología Evolutivo (IBE) del CSIC y de la Universidad Pompeu Fabra ha descubierto cambios genómicos en la cultura del El Argar que podrían estar relacionados con los cambios sociales y políticos que tuvieron lugar con la transición de la Edad del Cobre a la Edad del Bronce en el suroeste de Europa. Para ello han analizado el ADN de 136 individuos de entre el 3000 y el 1500 a.C.

Tumba 38 de La Almoloya (Pliego, Murcia) con restos de un individuo femenino (derecha) y otro masculino (izquierda), una de las tumbas más ricas encontradas de la cultura de El Algar. (ASOME-UAB)
Tumba 38 de La Almoloya (Pliego, Murcia) con restos de un individuo femenino (derecha) y otro masculino (izquierda), una de las tumbas más ricas encontradas de la cultura de El Algar. (ASOME-UAB)

Durante el tercer milenio a.C. se produjeron en Europa y Asia Occidental una serie de cambios sociales y políticos. En la Península Ibérica durante la Edad del Cobre, hacia el 2500 a.C., se experimenta un gran crecimiento demográfico que se reflejó en gran diversidad de asentamientos, fortificaciones, estructuras funerarias monumentales y asentamientos de más de 100 hectáreas. Sin embargo, en la segunda mitad del milenio se observa la despoblación y abandono de estos lugares sin que se sepan las razones. Alrededor del 2200 a.C. en la Península Ibérica surge la cultura conocida como "El Argar". Una de las entidades arqueológicas más destacadas de la Edad del Bronce y una de las primeras sociedades a nivel estatal de Europa.

Este estudio se centra en el estudio de la época de transición entre la Edad del Cobre a la Edad del Bronce, sobre el 2200 a.C. Para ello, ha contado con casi 300 individuos. Tras el análisis genómico, pudieron comprobar que los individuos de "El Argar" contaban con la componente genética relacionada con la "estepa" que se había extendido por Europa durante el tercer milenio a.C. y que llegó al norte de la península ibérica sobre el 2400 a.C.; mientras que los individuos calcolíticos no tenían esta componente. Además, los linajes del cromosoma Y heredados por vía paterna muestran un cambio completo, relacionado con el movimiento de ascendencia esteparia que también es visible en otros lugares de Europa. Junto a esta ascendencia "esteparia", los investigadores han podido encontrar señales de ascendencia del Mediterráneo central y oriental y de Asia occidental.

Las causas de estos cambios es aún un interrogante. Puede ser debido a la llegada de grupos migratorios del norte y centro peninsular o al deterioro climático del Mediterráneo oriental hacia el 2200 a.C. Los investigadores se inclinan hacia una explicación multifactorial, en la que las pandemias podrían tener cierto peso. Estas se atestiguan en otras regiones de Europa en este momento como formas tempranas de peste. Aunque no se han encontrado evidencias directas de estas en los individuos analizados, apuntan a que podrían ser las causantes del movimiento o desaparición de otros grupos del lugar.

Las conclusiones que se sacan del estudio son, en primer lugar, que el movimiento poblacional de las zonas esteparias de Europa no fue un evento migratorio único, sino que duró más de cuatro siglos en llegar a la Península Ibérica y extenderse por ella. Asimismo, se ha podido tener una visión más completa de los cambios que la cultura de "El Argar" supuso con respecto a la Edad del Cobre. 

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    Escrito por: Aurora Asín