Australopithecus sediba caminaba como los humanos
Científicos de diferentes universidades y entidades entre las que se encuentran la de Nueva York y Witwatersrand, así como investigadores del CSIC, la Universidad Complutense y en CENIEH han descubierto nuevas vértebras lumbares de un individuo de la especie Australopithecus sediba. Gracias a estas y a otras halladas previamente se ha podido obtener una de las columnas lumbares más completas del registro fósil que ha permitido determinar que esta especie caminaba como los humanos y trepaba como los simios.

Estudios anteriores basados en los restos encontrados de Australopithecus sediba apuntaban a una adaptación a la locomoción arbórea. Algunas de las características de las extremidades inferiores apuntaban a cierto bipedalismo, pero la falta de las vértebras lumbares completas no permitía llegar a conclusiones fiables sobre la postura y las implicaciones que esta tiene para el comportamiento posicional del individuo.
Las últimas vértebras encontradas en 2015 se han conservado en articulación y forman junto a las anteriormente encontradas en 2008 forman una serie completa desde la antepenúltima vértebra torácica hasta el sacro. Gracias a este descubrimiento se ha podido establecer que, al igual que los humanos, A. sediba contaba con cinco vértebras lumbares, lo que es fundamental para conocer si estos individuos estaban bien adaptados para caminar sobre dos piernas.
Las vértebras se reconstruyeron mediante microtomografía computarizada y se añadieron a los recuperados anteriormente con los que articulaban a la perfección, formando de este modo la columna del esqueleto fósil MH2. Este individuo es femenino y fue apodado "Issa" (protectora en suajili). Es uno de los primeros esqueletos de homínidos de los que se conservan la dentición y la columna inferior del mismo individuo, lo que permite asegurarse de que la columna pertenece realmente a esta especie.

Mediante esta reconstrucción que permitió trabajar con los huesos sin dañarlos, se descubrió que la lordosis, es decir, la curvatura de la parte baja de la espalda, está más marcada en Australopithecus sediba que en cualquier otro australopiteco, solo superada por Homo erectus y humanos modernos. Sin embargo, destacan que la vértebra media lumbar (L3) no es totalmente igual a la de un humano moderno. Sus procesos laterales son largos y orientados hacia arriba, al contrario que en los humanos modernos, y el cuerpo vertebral es intermedio entre el de humanos modernos (y neandertales) y grandes simios. Por otro lado, la adaptación arbórea se observa en otras zonas del cuerpo como el tórax estrecho.
De este modo, los investigadores concluyen que Australopithecus sediba tenía una columna intermedia entre la de humanos modernos (y neandertales) y los grandes simios, por lo que podría trepar y andar erguido. Esta teoría también se sustenta por la fuerte musculatura del tronco que le serviría en ambos movimientos.