La solidaridad, la clave para la supervivencia de los dinosaurios de cuello largo
No resulta fácil conocer los aspectos relativos al comportamiento de los dinosaurios que vivieron en el Triásico y el Jurásico. Sin embargo, el último hallazgo realizado en la Patagonia Argentina proporciona algo de luz sobre el comportamiento de los saurópodomorfos. La vida en grupo habría sido crucial para la supervivencia de estos animales y su predominio durante millones de años.

Este hallazgo, llevado a cabo y estudiado por paleontólogos de Argentina, Sudáfrica, Estados Unidos y Francia, se compone de un conjunto de unos 100 huevos con algunos embriones en su interior y unos 80 restos de fósiles que se encontraban en diferentes etapas de madurez de la especie Mussaurus patagonicus. La datación de estos restos ha proporcionado unas fechas establecidas en unos 193 millones de años. Esto refleja que tenían un comportamiento solidario en el que cuidaban unos a otros y vivían en comunidad. Este hallazgo y las conclusiones que se pueden sacar del mismo, constituye la prueba más antigua de este tipo de comportamiento comunitario entre estos dinosaurios, ya que la anterior es de la década de los sesenta y su datación proporcionaba fechas de 40 millones años.
Esta forma de vivir en comunidad se denomina cohesión entre pares, es decir, los individuos se asociaban entre varios de la misma edad por necesidades compartidas y la coordinación de actividades resulta más fácil con individuos de la misma edad. Este hecho ocurre con asiduidad entre animales actuales.
Los fósiles hallados pertenecen a la especie Mussaurus patagonicus que alcanzaba el tamaño de una jirafa, pero con un peso de unos 1500 kilos. En el momento de su nacimiento tenían un tamaño aproximadamente similar al de un pollito. Esta diferencia de tamaño hacia esencial la cohesión entre pares para la supervivencia y el cuidado de unos a otros. Los investigadores apuntan a que se trata de una organización social compleja, en la que predominaba la crianza en manada. También se ha podido conocer que estos individuos se asentaban en un lugar hasta que el alimento empezaba a escasear.

Además, gracias al estudio de estos fósiles y de su entorno, los investigadores han podido determinar que los dinosaurios se parecían más a las aves que a los reptiles, tal y como se está viendo en las investigaciones más recientes. De este modo, apuntan a que la forma en que se hallaron los restos es una de las claves para entender su comportamiento. Se encontraron los huevos en una zona, los fósiles de los individuos jóvenes en otro y los de los adultos en otro lugar solos o en parejas, podría indicar que, tal y como pasa con las aves, los individuos de mayor edad son los que van en busca de comida para las crías que esperaban en los nidos, lugar en el que permanecían durante un tiempo considerable, atendiendo a que los animales jóvenes encontrados cerca de los nidos tiene un tamaño considerablemente mayor a los huevos, por lo que se deduce que después de nacer, permanecían un tiempo considerable en el nido.
Los restos encontrados y la variedad de edades representados en ellos también permiten conocer el proceso de crecimiento de esta especie. Un dato curioso e inusual es que al parecer, los individuos jóvenes o pichones eran cuadrúpedos, mientras que los adultos eran bípedos, lo que indica un cambio de locomoción según el individuo va creciendo. Así que las representaciones que muestran a esta especie a cuatro patas comiendo de los árboles, serían erróneas y habría que tener en cuenta que los adultos eran principalmente bípedos, aunque podrían cambiar a postura cuadrúpeda si tenían que cavar o comer del suelo, pero las patas delanteras no estarían adaptadas para caminar.