Arte rupestre en Andalucía (III): La cueva de La Pileta

01.12.2020

La cueva de La Pileta se enclava en pleno Parque Nacional Sierra de Grazalema, más concretamente en el término municipal de Benaoján, en la provincia de Málaga. Como suele ocurrir con este tipo de monumentos naturales, la cavidad era conocida por los lugareños desde siempre, aunque no es hasta 1905 cuando el labrador José Bullón, en su afán de recoger murcielaguina para abonar sus tierras, se adentra en la cueva y percibe las primeras pinturas en las paredes. Este hecho propició toda una serie de investigaciones científicas que se han extendido hasta la actualidad, regalándonos un verdadero archivo de arte rupestre al sur de la Península Ibérica.

Y decimos que se trata de un archivo conscientes del significado de la palabra, ya que la cavidad atesora 872 motivos artísticos paleolíticos de diferentes culturas (gravetiense, solutrense y magdaleniense) además de otros miles referentes al arte postpaleolítico.

Dentro de este inmenso catálogo de grabados y pinturas podemos encontrar algunas tan icónicas como el gran pez, de metro y medio de largo e identificado como una platija europea, según los doctores Citerne y Chanet. O la impresionante yegua preñada, con paralelos estilísticos tanto en el norte como en el sur del territorio español, amén de otros ejemplos europeos.

No por menos conocidas dejan de ser dignas de admirar las enigmáticas figuras de la sala de las tortugas, consideradas por el Abate Breuil como trampas de caza, o los estilizados motivos de cabras, uros y ciervos repartidos por sus 500 metros de galerías.

El arte postpaleolítico de esta cueva parece haber sido eclipsado, al menos en parte, por las expresiones artísticas más añejas. No obstante, este grupo de pinturas forma un paquete tan curioso que hasta se ha llegado a proponer una diferenciación del resto de arte esquemático bajo la denominación de "horizonte esquemático negro subterráneo" o también llamado "facies La Pileta". En esencia, podemos intentar explicar esta variante como un fenómeno que aparece en un reducido número de cuevas andaluzas caracterizado por el uso del color negro y trazo fino, creando los motivos a base de líneas simples.

Se trata de una pintura más estática y geométrica, muy diferente al esquemático que podemos encontrar en la mayoría de abrigos y cuevas de nuestro país. A día de hoy, solamente contamos con una datación por espectrometría de masa por acelerador (A.M.S.), realizada sobre un pectiniforme, que ha arrojado una fecha calibrada de 2394-1975 B.C., lo que sitúa esa pintura entorno a un calcolítico final.

Como es lógico, una sola fecha aislada en un yacimiento concreto no resuelve nada, pero sin duda es un paso importante en la buena dirección para intentar desentrañar un poco más estas manifestaciones tan focalizadas y autóctonas.  

Bibliografía

BULLÓN GIMÉNEZ, José. Cueva de La Pileta. Acontecimientos históricos más importantes sobre La Pileta y la Familia Bullón (1905-2005). Ronda, Editorial La Serranía, 2006.

CITERNE, Pierre y CHANET, Bruno. "Les représentations de poissons plats (Teleostei: Pleuronectiformes) dans l'art paleolithique européen", Munibe, nº57 (2005), pp. 65-77.

SANCHIDRIÁN TORTI, José Luis. "Arte rupestre. La cueva de La Pileta, hoy". Revista de arqueología, nº66 (1986), pp. 34-44.

SANCHIDRIÁN TORTI, José Luis y MÁRQUEZ, ALCÁNTARA Ana María. "Radiodataciones y sus repercusiones en el arte rupestre malagueño", Mainake, nº25 (2003), pp. 275-292.

Escrito por: Miguel Toledano